No se conoce
mucho de su vida, y lo que se sabe de él está envuelto en leyenda. Fue un
escritor latino. Se le suele identificar con un aristócrata citado por Tácito que
vivía en Roma en el siglo 1 d.C.
Era una
personalidad de modales refinados y gran cultura, se ganó el nombre de Árbitro
por ser “árbitro de la elegancia” en la corte de Nerón, quien lo había nombrado
su consejero. Fue cónsul en Bitinia, donde hizo méritos como
buen gobernante. Se le acusó de participar en la conspiración de Pisón y fue
condenado a muerte, sin embargo se suicidó en el 65 d.C., abriéndose las venas.
Se le atribuye
una novela en prosa y verso titulada El
Satiricón, de la que sólo se conservan fragmentos. En ésta narra las aventuras de Encolpio y su amante, Gitón.
A esta pareja se unen Ascilto y el poeta Eumolpo. Todos ellos se ven envueltos
en una serie de situaciones, en buena parte obscenas, que están escritas con
carácter satírico. Esta obra es una de las pocas fuentes que nos permiten saber
cómo hablaba la gente corriente en el mundo romano a comienzos de nuestra Era.
En 1969 el
director de cine italiano Federico Fellini realizó una película inspirada en la novela El Satiricón. La película tiene el mismo nombre y presenta una mirada sobre la
Roma en tiempos de Nerón y recrea el ambiente de corrupción, amoralidad y
libertinaje de la época. El filme
es fiel al texto de Petronio, pero también es una recreación personal y
subjetiva del director, porque a través de su creatividad convierte la novela
de Petronio en una original y artística película.
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